El linfedema no solo se trata físicamente, también requiere que sepas cómo manejarla día a día.
Un fisioterapeuta especializado te explica qué es, cómo afecta tu cuerpo y qué puedes hacer para controlarlo.
Prevención de complicaciones: Aprender a cuidar tu piel, identificar señales de alerta y prevenir infecciones como la celulitis. Tu fisioterapeuta te dará consejos prácticos para mantenerte saludable.
Estilo de vida saludable: Desde cómo elegir ropa adecuada hasta pequeños ajustes en tus actividades diarias, recibirás orientación personalizada para proteger tu sistema linfático.
Soporte emocional: Saber que no estás solo hace toda la diferencia. Los fisioterapeutas te escuchan y te conectan con redes de apoyo donde puedes aprender de otros.
Si estás enfrentando esta condición, acércate FISIOGRAL, te brindaremos el conocimiento y las herramientas necesarias para mejorar tu calidad de vida.
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